La biología es un campo que reclama tratamientos singulares y a la vez holísticos para reconstruir más adecuadamente el proceso representacional de esta ciencia. Un campo pleno de subteorías o tesis cuyos lenguajes más que resolver una convergencia para constituir una unidad, se tornan divergentes, pero que creemos no será imposible que éstos se relacionen de alguna manera entre sí. La adecuación de la iconicidad en un contexto cultural de ciencia escolar demanda no descuidar las dimensiones epistémicas, psicológicas e instruccionales del individuo que aprende, tanto como la representación y el lenguaje como campo estructurante epistémico del concepto. Los soportes de ciencia escolar son portadores en general de la iconicidad, cuya ontología se resuelve en el marco de la comunicación entre expertos en el campo de las ciencias biológicas y cuyos lectores destinatarios son estudiantes cuyas edades oscilan entre los 13 y 17 años. De aquí surgen diversos nudos problemáticos para el aprendizaje y emergen como hospedadores de preguntas, hipótesis, búsquedas, intercambios.