El lema de la Agenda 21 de la ONU, que pretende proteger los derechos de las generaciones futuras y de todas las especies de los posibles crímenes del presente, es a la vez una cortina de humo y una carta de derechos. Sobre la base de este elevado principio, los derechos del individuo son tachados de egoístas y los que luchan por ellos, de inmorales. La filosofía de que simplemente vivir y morir es un peligro directo para la tierra es autodestructiva y realmente perjudicial para la tierra de la que somos administradores.
Hay que arrancar la máscara verde de los rostros distantes de las personalidades: los pequeños dictadores que dirigen los fideicomisos, las fundaciones, los departamentos de planificación, los consejos municipales, provinciales y estatales, las fundaciones no gubernamentales, etc. Hay que quitar la máscara verde a los que han secuestrado el movimiento ecologista. Detrás del dinero verde, de los más de cinco billones de dólares de dinero privado utilizados para pedir préstamos verdes, de los corredores de créditos de carbono, de la enorme riqueza de la compra de vertederos, de los "derechos de emisión de carbono", de las tierras inaccesibles en los países del tercer mundo, detrás de la codicia que se espera, levante la máscara para ver quién está detrás. Vea lo que la gente inteligente y educada de todo el mundo está descubriendo: existe un plan de gobierno global que está carcomiendo como un cáncer con metástasis a todas las naciones del mundo.