Como señala en su introducción el poeta y traductor José -ngel Cilleruelo, en una historia universal de la poesía del paisaje la obra del poeta portugués Carlos de Oliveira merecería un capítulo en solitario. En primer lugar, por la claridad de su poética. En segundo término, porque esta conciencia de lo real arraiga en el poeta desde la experiencia de una infancia rural. Y aún cabría aducir otro motivo, la dimensión omnímoda de lo natural en sus versos, que no desprecia nada que exista desde las profundidades minerales de la tierra hasta las más recónditas estrellas del cosmos.