En mecánica de suelos es habitual utilizar ecuaciones constitutivas basadas en la mecánica de los medios continuos para formular el comportamiento mecánico de estos materiales. Los ensayos de laboratorio, utilizados para calibrar los modelos de comportamiento, se interpretan por tanto desde un punto de vista macromecánico. Con los avances en las capacidades de cálculo automático, cada vez es más común utilizar modelos de elementos discretos, como alternativa al tratamiento del suelo como un medio continuo, para resolver problemas de ingeniería. Se trata de un enfoque micromecánico que consiste en explicar el comportamiento global del suelo a través de la interacción individual de sus partículas constituyentes.